Aechenia Karum Nae

"Blog conservado en alcohol".

6/09/2006

 

Postidos


Tengo 4 cuartas* y media de pelo negro y chino colgando de la cabeza. Ha ondulado de manera sigilosa desde hace dos años y pico hasta casi tomar dominio de mi rostro y en ocasiones recibí ataques inclementes con greña y champú en los ojos, pero todo ha sido por dos fines:

El primero de ellos fue verme el cabello directamente. Parecerá simple, pero imagínense cuántos hombres nacen y mueren en el mundo sin verse el cabello directamente. Uno ciertamente no puede verse ni la espalda ni la nuca (y algunos gordos ni salva sea la parte), pero partiendo de esa idea y de mi todo-justífica demencia protoseníl, la greña fluyó como pelón pelo rico sabor a leche mexicana**.

Al pasar el tiempo y dada ya la catarsis que un greñudo experimenta ante el espejo, ante sí y ante el mundo pude internarme más en las pláticas otrora inútiles de las mujeres superficiales que sólo hablan de chicos y cabello. Cabe des-ta-car que ami los chicos me valen madre, y el pelo en gran medida tambié; fue entonces cuando todo se volivió un experimento sociológico.

El experimento que también tiene algo de biológico, arrojó los resultados siguientes:


El pelo largo calienta la cabeza, lo hace a tal grado que en los momentos del sol en picada dan unas inmensas ganas de no pensar. Puesto que pensar –como acto regular humano- requiere de sangre en la cabeza y la cabeza actúa a su vez como enfriador (al igual que los brazos y en menor grado las piernas) y al subir la sangre se topa con esa olla de neuronas calientes, dan ganas de no pensar y surge una indispocisión a actividades físicas. Surge el mal humor.

Naturalmente, la mujer (que en la mayoría de los pueblos tiene el pelo largo) crece con dicha situación y por ende no es perceptible para sí; tendríamos entonces una individuo no-pensante pero malhumorado, pero como es de saberse, la mujer tampoco tiene este derecho y culturalmente se le ha transmitido que no debe ser agresiva. Tenemos una individuo poco-pensante, sumisa y reprimida.

La segunda característica de este arma cultural es la hipersensibilidad que caracteriza al cuero cabelludo, si se tira del cabello se domina automáticamente a una persona que además no tiene ni suficiente fuerza física, ni moral, ni cultural, y por ende tampoco espiritual.

La tercera es la capacidad expresiva del cabello. Es capaz de comunicar las más diversas situaciones; si te acabas de bañar, si no te has bañado en n cantidad de días, si te acabas de levantar, si te lo cuidas o no y desde cuándo (lo cual ya delata una posible disposición al cortejo), etc. Se puede tomar al cabello como un instrumento de monitoreo. Es, por ejemplo, común en nuestro país la creencia de que el pelo se vuelve opaco cuando un hombre lo ha estado tocando; y en cierto modo es verdad, dado a que los hombres tendemos a tener más sucias las manos y mucho más en la antigüedad, cuando supongo se generó el rumor.

La cuarta forma de dominación del cabello es la dirigibilidad. El pelo que cae sobre la cara por los lados reduce significativamente el ángulo de visión, la mujer crece con esto y es realmente raro quien en la mayor parte de su vida se conduce con el pelo largo y totalmente recogido. Esto sólo lo he visto en otro lado: los bozales de los burros, mulas y caballos. La función de éstos es tapar mediante una suerte de red, el hocico de la bestia y con otra pieza colocar dos trozos medianos de cuero a cada lado externo de los ojos; el motivo: evitar que se distraigan con los animales del otro sexo, de la otra especie, la comida, etc.

Represión, dominación, castidad. Si la mujer cuenta con éstas características es atractiva.

(He notado, por el contrario –aparte de su menor índice de atracción- que las mujeres con el pelo corto -cortito- muestran en menor medida ésas características y como dato curioso, tres de esas cinco con el pelo cortito que conozco son lesbianas y una bisexual o eso dice)).

Sí, me hecho esto a mí con este loco fin de estudio y para ver qué tan justificada está mi misoginia crítica (de “criticar”, no de que sea situación “crítica”).

La conclusión que llevo hasta el momento es que si bien se puede alegar que las mujeres cuentan con todo hoy para su emmagoldmaniana emancipación (cualquier cosa que eso signifique) no lo han hecho, y eso es por demás criticable, por donde se le vea y desde cualquier escenario, pero no es la última palabra, pues me he dado cuenta de otra cosa:

La mujer es como un pájaro que nace y crece en una jaula (una jaula muy bonita por cierto: llena de estética y alabanza). Cuando ven a través de ella sólo ven dos o tres barrotes, y eso no parece una jaula (además, si los barrotes son bonitos…).


Los hombres somos los que medianamente podemos ver y apreciar desde lejos lo que nos parece una bonita jaula. Jaula. (Digo “medianamente” porque somos una raza en la que la culturizadora es la madre y por ello vemos belleza en la jaula). Es muy fácil andar por ahí diciendo: “Éste país va a cambiar el día que la mujer mexicana deje de criar machos”, pero esa mujer no ve que está criando machos, ella adorna sus barrotes con bonitas crías ¿me explico?

Miente quien diga que se puede salir de un engaño así uno solo. Se necesita ayuda y los hombres –contrario a lo que se pueda pensar-, no somos los más indicados. No lo somos porque nuestros agentes culturizadotes son la madre, y un padre que fue culturizado por la abuela etc. ¿Qué hacemos? O más bien ¿Qué hacen?

Puesto que el hombre no está en la jaula y su percepción de belleza puede ser fácilmente emancipada podemos dirigirlo por ahí: el futuro grande de las mujeres pende de los hombres (qué raro…) que gusten de las mujeres con cerebro.

Aunque, debo admitir, no es fácil para nosotros deshacernos de un trono (o compartirlo) cuando sus privilegios nos han costado cincuenta mil años de dirigir el mundo. Eso dependerá del camino evolutivo que tome la masa, la cual les recuerdo, se caracteriza por ser más bien un cúmulo de estupidez colectivo: la masa es idiota. Si nos dirige la masa, eso quiere decir que el instinto va ganado terreno, ya vamos rumbo al futuro…

*Una cuarta es lo que mide una
mano extendida del meñique
(o el índice) al pulgar.

**Coca-cola.

(si algo de redacción está mal,
lo siento. Estoy ebrio al momento
de postear (nótese el título)).

Comentarios:
Tu hocico apesta a cerveza con cigarro. Ke bonito!!. y tu greña es hermosa.
 
Pelosssssssssssssss, pelosssssssssssssssssssssssssss........
 
ya andas de metrosexual??O_o jajaja
 
Mesmamente.

¿Por qué diría aquello de 'mujeres: aquellos lindos animales de los cabellos largos y las ideas cortas' Don Schopenhauer?

Nuevamente nuestras pulsiones instintivas haciendo de las suyas. La abundancia se relaciona con el volumen, así como la cantidad en buenestar.

El cabello como otras latitudes corporales ha cambiado su estatus según el clima o traumas de moda en nuestra amasada sociedá.

Yo realmente siempre lo uso corto porque nunca me peino, así que así me ahorro tocarme el cabello en días. Practicidad.

Jo, jo.
 
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