Aechenia Karum Nae

"Blog conservado en alcohol".

1/28/2006

 

012306

Campas
Hada europea
“El paisaje europeo consiste en gente clara con cielos oscuros, en mi tierra por el contrario, es de gente oscura con cielos claros” dijo Diego Rivera a su querida Quiela.

Creo que se les llama “Las campas”. Los Señores del Viento que habitan en las montañas de Oaxaca saben al comenzar el año, cómo va a ser el temporal de éste con extrema exactitud. Las campas son los doce primeros días de enero, cada uno representa un mes del año, por lo general el cinco, el seis y el siete presentan lluvias como mayo, junio y julio. Los señores del viento “leen” el viento y las nubes, y así es como lo saben. Al menos así era hasta poco menos de una década, cuando se hicieron sentir por primera vez los estragos del calentamiento global en el clima mexicano. Ha habido desde entonces mayos sin lluvia, febreros calurosos, diciembres lluviosos y todo tipo de loqueras.

De acuerdo a las campas, debió llover la primera semana de enero. No pasó.

La lluvia decidió caer hasta el miércoles 25.

Un gran ¿Y qué?
Bosque mexicano (Rioverde)
Me gustan las lluvias de enero. No sólo es lluvia, son tormentas cargadas del frío de invierno acentuado y pocas horas de un sol quemante. Este medio que pudiera parecer tan inhóspito, es en realidad muy bello.

La razón es simple. Llueve torrencialmente granizo (pequeñas y peligrosas bolas de hielo) a las cuatro de la tarde, sin estar nublado; es decir, con un sol quemante que hace que aparezcan cientos de arcoíris entre y alrededor de las montañas, cuya vegetación por la mojada de la lluvia, sus nutrientes, el amarillo rojizo atardecer y el sol mismo, lucen con un verde que no deja de ser seductoramente idiotizante. ¿Porqué idiotizante? Porque algunos carentes de seso como yo comprenderé, avanzamos hacia las plantas verdes y brillantes como viles mosquitos hacia una lámpara. Es irresistible. Todo esto va acompañado de truenos fortísimos, relámpagos que se pierden en el sol, un penetrante olor a tierra mojada y un coro gigantesco de ranas croando.

Verdaderamente parece que el mundo se va acabar. Aunque el pequeño Apocalipsis dure sólo unas cuantas horas y luego se valla dejando inundaciones, muertos, desgajamientos de montañas, más muertos, plagas de insectos, pérdidas materiales incluyendo casa enteras, desperdicio de algunas cosechas, y epidemias varias.

Otro gran ¿Y qué?


Valle de Santiago, Guanajuato, México.


Tengo yo también preguntas. Yo vivo en Comonfort, un municipio promedio al este del estado de Guanajuato. Los paisajes de casi toda la entidad federativa se parecen a los descritos por El ingenioso Hidalgo… ¿Habrá tenido algo de esto el Señor Don Quijote?, ¿Hay algo de esto en España? Nunca he oido decir nada de esto acerca de Europa entera, además de los relatos de tierra fantásticas.

El más grande ¿Y-Qué?
Bosque inglés
“Me debato entre la vieja catedral y las ruinas paganas”. Rubén Darío me parece un buen tapabocas para el más grande “¿Y qué?” que se le pueda salir al lector.

El paisaje que describo aparece tan común a lo largo de todo el país. A veces, como es el caso de Valle de Santiago (al noroeste del estado), hay lugares que albergan las historias, mitos y leyendas más tolkienianas que se pueda imaginar: desde lagos con dinosaurios y ovnis hasta estatuillas de santos que se mueven, pasando por duendes y hadas de toda índole. Todos ellos en bosques neblinosos, pantanos, montañas encantadas y templos perdidos.

¿Qué hacen España, Inglaterra y Alemania metidas en este lugar de asentamientos purhépechas, pames, y chupícuaros?

“Me debato entre la vieja catedral y las ruinas paganas”.

El paisaje de hoy y de cada enero está omnipresente en los libros de los elfos, los trasgos, las hadas, espantajos y demás personajes híticamente europeos. Pero en él se ven, más azulosos que nunca, como plantas míticas y mágicas, los mezquites, el tepetate rojo, los nopales y los magueyes. Sólo es de sustituir los duendes por Alushes (que eran los duendes de los mayas).

“Me debato entre la vieja catedral y las ruinas paganas”.

Un ¿Y qué? Transformado en ahá…
Hada de maguey
Es difícil ser mexicano. Y de eso sí me quejo. Ustedes, europeos, viven en un continente horizontal, y mientras no sean rusos, su país es pequeño y atravesable. Nosotros los imaginamos como que para donde conduzcan, a las dos o tres horas ya están en otro país, cada uno con lengua diferente.

En América, el continente vertical, sólo se habla masivamente español, inglés y portugués (y el francés en parte de Canadá). Rara es ya la lengua aborigen. Nosotros lo mexicanos conducimos horas y horas, a veces días enteros y aún no hemos salido del país. Lo peor no es eso, sino que cuando salimos, pareciera que no. El idioma es básicamente el mismo, igual con los rostros, climas y paisajes.

Talvez por eso tengamos una idea casi de ensoñación de “recorrer el mundo”, imaginamos “el mundo” tan lejos porque nos cuesta mucho salir de nuestro país siquiera, y de los lados más angostos, encontramos la gran muralla de los dos océanos.

Tenemos cierto aislamiento geográfico, pero una conexión cultural ageográfica con Europa. Sus digamos, “Duendes” llegaron a la fuerza, y a la fuerza también se fueron. Sin embargo, tras doscientos años de “libertad” y que éste perspicaz mestizo lo analice, no eran tan diferentes los duendes de los alushes. Aquí, entre los cerros en que se ubica mi casa y desde donde se fuga mi blog, viven los monstruos del (casi, casi) inglés H. P. Lovecraft, La leyenda de Santa Cecilia, los elfos y las quimeras de Tolkien… Y todos nosotros como Rubén Darío, algunos con conciencia, otros en automático y otros tantos de corazón, sentimos las ganas de decir:

“Me debato entre la vieja catedral y las ruinas paganas”.

Reprise

O de decir (también):

“No soy de aquí ni soy de allá…”.


Comentarios:
Me inclino ante ti, en señal de respeto.
Creo que tienes un don, el de la escritura. No lo dejes nunca.

En cuanto a las champas, aquí también existe esa creencia, lo que no se es si tiene el mismo nombre.

Y en cuanto a lo de los viajes, mira, no se en otros paises, pero España es el último de Europa, o el primero según por donde mires el mapa mundi. Yo creo que los españoles también tenemos ese sentimiento soledad, de aislamiento, por un lado tenemos el atlaántico que nos separa de África, por el este el mediterraneo, por el oeste tenemos a Portugal y después el Atlántico también, y arriba sólo un pequeño paso para llegar a Francia que no nos cae especialmente simpática y el Cantábrico.
A lo mejor por eso nos dió por ir a invadir otros paises.
¡yo que se¡
 
Gracias, Morgaana. Lo que me dices vale mucho para mi. Un abarazote desde el otro lado del atlántico.
 
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