Aechenia Karum Nae

"Blog conservado en alcohol".

10/31/2005

 

Tengo el corazón en el refri

Está metido entre hielos con olor/hedor a pescado.

Está en el frío Michoacán, entre los pinos nublados y granizados, en una pequeña cabaña sin luz se quedó, con un hombre suicida de nombre "Cobainiano", entre un disco ya muerto de Joy Division sonando en unos audífonos, metido en un recuerdo salvador. Como diálisis. Como droga.

"Love, love will tear us apart... again".

Tengo el corazón tan sediento de frío, tan desertificado por el sol de un invierno flaco que cobardea su llegada, que hube que meterlo al refri, con una foto de Robert Smith y con una charamusca, de esas que tanto le gustan porque lo hacen adolescentear. Como un altar de muertos encerrado junto a un "Frutikeko" olvidado en la nevera.

Y yo acá. En un examen extraordinario de periodismo.

10/27/2005

 

El xoconostle cósmico

...va con sus espinas galácticas

erizando el espacio

tan lácteo, tan sin verde.

Va agriando la leche

de la Vía interminable.

Como un payaso espino.

Risotada en el silencio

de la nada sideral.

Nota agria: mi nuevo correo: xoconostle@gmail.com

 

"Soy el choper de chopers, señores..."

¿De qué huían?, ¿Huían?, ¿De qué vivían?, ¿Cómo diablos acabaron viviendo en la casa de mi ex profesor de Educación Cívica y Ética?
Eran una bola de unos seis monotes tipo Harley gringos con sus respectivas "Irons Maidens". De estoperoles y cuero negro forrando sus dos gruesos metros de estatura, calculado.
Unos greñudotes, otros pelones, pero todos traían una trenza en la barba y la facha de "no le voy a gustar ni a tu papá ni a tu abuelita, nena...".
Y es que ver a esos tipos, en este pueblo donde no pasó Dios, en la casa de un posible masón, chupando pura Budweiser o como se escriba, teniendo el auto cartón Corona a un lado, verlos tragar tacos como cerdos y medio masticar palabras en español mientras bailan y cantan canciones de Los Cardenales, los Tigres del Norte y Los Acosta!!!!
-"Deha una arousa en tu beilcoun..."
(Insértese un suspiro) me ha dejado sin fe de nada.
Y... (Insértese el más grande grito desesperado que su mente conciba) traumado.
Fue demasiado ver todo eso al mismo tiempo y eso que iba de pasadita.
Hoy encendieron sus motos llenas de calaveras. Por alguna razón uno de ellos amarró a su moto un borrego muerto, creo que ya se van.
Shiaaaaaale.

10/12/2005

 

"El surrealista tardío"

Tan retrasado, si de tiempo humano se habla.

Tan temprano, si les digo que me lo hallé a las cinco y media de la mañana.

Era un anciano, de esos que ya besan con ternura la luna, por sentirse cercanos a su eterna noche.

Estaba sentado esperando un camión a Ciudad Polvorón, y mientras esperaba, hacía dos admirables obras:

La una, despedir ese olor a "viejito", que cuando lo sentimos no decimos nada, pero que cumple la ancestral función de decir, como con pequeñas reminiscencias, de dónde venimos y a dónde vamos a parar.

La segunda, un extraño dibujo -o así me pareció- que trazaba con vigoroso empeño.

Y se acomodaba, ya se enojaba, ora lo volteaba; y a ratitos, se quedaba en su babia creativa. Y luego, como que medio cabeceaba de sueño, sólo para despabilarse y recomenzar su ciclo gesticular.

Eran sólo un lápiz en una libreta maltratada y de raya.

Claro, y yo ahí de mirón.

Nomás hacía como que veía el reloj del pasillo para estirar el pescuezo y fizgonear.

Y veía y no entendía...-"¿No traerás un peso que me regales, muchacho?" -Me espantó aquel anciano con destruida voz.

¡Tarararaaaaaaa!... tara tara Ta - ra.....

-"A ver, déjame ver" -Oculté mi agandallamiento, pero al parecer no mi interés...

-"Te gusta ¿Verdad?. Esto lo hacemos los artistas y se llama 'surrealismo'".

-"¡Ándale pues!"-fingí desconocimiento.

-"Hi (algo así como 'hey'). Nomás que estos monos (desde entonces les llamo también 'monos' a las gentes) no quieren a los artistas. A veces me cobran ocho, luego dieciséis. Luego hasta veinticinco."

Le di unas monedas, no recuerdo cuanto, y puse interés en su plática.

-"Yo trabajo y hago mis dibujos, bueno. Esto no se llama dibujo: se llama 'Boceto', hi..." -una vez más la fingida demencia.

-"...trabajo en el Xochipilli, ¿Sabes dónde queda eso?"

-"Sí... cerca del (auditorio) 'Tres Guerras', ¿No?"

-"¡No! -respondió agresivamente-(me hizo pensar en su posible demencia senil), queda por allá lejos, donde por encimita del pasto nomás se ve como vuelan como chochos las muchachas y los muchachos, jeje. Suben y bajan unos y todos. Jeje."

Me hizo un gesto de complicidad que no pude negarme a secundar con su debida risita integrada.

-"Bueno, gracias, joven. Se ve que uste' si aprecia el arte. Ora' ya me voy porque tengo que trabajar temprano, y se va mi camión. Así que, con su licencia. Cuando quiera visitarme, ya sabe donde me ve, ¿Eh?".

Así fue como conocí al surrealista tardío. Don artista abordó con su bordonezco caminar de "caminito" un azulado camión y se fue.

A veces lo he ido a buscar, pero nunca. Nunca lo encuentro.


10/06/2005

 

"Payaso"

¡Hola, Señor Payaso!

Ah, ya veo, ¡has hecho otro poema!

Pobrecito payasito, necesitas atención de los demás.

¿O es que en ves de eso has hecho una canción?

¡Ah, ya se!, Escribiste una novela o hiciste una figura de globos.

¿Qué?, ¿Que simplemente te la pasaste lanzándote pasteles a la cara?

¡Pues claro! ¿Qué más sabe hacer un payaso?

¿Y tu cuadro, el que pintabas la "Monalisa"?

¿Y tus partituras de la quinta sinfonía, los planos tu la catedral de nuestra Señora, tu dizque ingenioso hidalgo o los versos del Cid?

¿Que se los diste a un grupo de cavernícolas que las adoraban?

Por supuesto. Sólo ellos adorarían tales payasadas.

Pero yo no, Payasito. Yo sí te conozco y sí se lo que eres. Y tú lo sabes también ¿verdad?.

Porque aunque los demás te llamen artista, yo se que eres solamente un pobre payaso.

Un pobre payaso que pide atención.

10/02/2005

 

"Oda al veneno"

No hay principio para una oda de tan requeridas dimensiones. Sería simplemente un muñón.
Un muñón de veneno, un saltar desde las alturas de un bolillo o cortarse las venas con galletas de animalitos.
No. Vamos a odar venenos en serio, vamos a hablar de muerte.
No es nada fúnebre, pero si es trágico. Es como la diamantina negra.

Es que es un elemento tan sagrado, que uno no se puede imaginar que antes de él había historia.

Y exactamente yo a un lado de él, como conversando con el verdugo a minutos del ahorcamiento. Le miro con lo fúnebre que puedo verlo. Le admiro la elegancia, la coquetería. Porque aunque jotito, ante todo el veneno es muy mujer.

Es una viuda negra. Es un mata ratas. Es una libertad y es un dictador.

Y entonces me ve.
¡Hola!- le digo.

No me contesta. Es un veneno muy voluble. Me digo que ya son muchas vueltas al asunto y me lo trago.

Hace poco me diría cobarde por haberlo hecho. Cobarde y además mediocre por tomarme el veneno mientras escribo. Como todo un pendejo romanticista.
Pero hoy ya no. Hoy ya no me importa.

Soy el último, ya les dije. El último marxista puro. El último hijo legítimo de Lenin. Y aquí yazgo. Con la frente en alto me atrevo a decir que me envenené.
Que me envenené con una Coca-Cola.
Y más aún: que me envenené con una Coca-Cola en el dos de octubre, que no se olvida.









José Juan Mendoza González
Domingo 02 de Octubre de 2005

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