Aechenia Karum Nae

...Por mi amigo Gess y yo de la Biblioteca Pública Municipal.

Nunca nadie va, los libros se encontraban llenos de moho y ¿pueden creerlo? los tomamos precisamente de una seccion de cuyo estante pendía un letrero que decía: "No tocar". Aún no sabemos porqué, puede ser porque la mayoría son de marxismo et all, pero ¿No tocar? De cualquier modo creo que algún día mis libros irán a dar a una biblioteca (pública, espero). Robar libros, robar libros de editoriales económicas, de ediciones viejas, llenos de moho, robar libros así de una biblioteca pública es un acto hasta cierto punto bonito; cuando sabes que a la encargada mientras le hagas ojitos y le dejes pintarse las garrotas en paz no-le-im-por-ta, que son libros que nadie ha leído y que a nadie le interesan en un pueblo de 75% mujeres porque los hombres han emigrado "al norte", es algo casi Robin-hoodezco. Es algo que me aventuro a decir que sólo mi amigo y yo llegaríamos a considerar delito.

Acabo en este preciso momento de recordar algo que casi ya había olvidado. Recordé con un suspiro lacrimal aquel invierno del 94 tras la devaluación reciente de verano. Cien pesos ahora valían lo de diez centavos. Mi padre joven y yo pequeño nos metíamos a las milpas a robar elotes, calabazas y sus flores. Yo lo recordaba siempre como un juego, pero uno crece y se da cuenta de su condición histórica.

Lo bueno es que el trabajo cayó pronto.

En Guanajuato (por lo menos y hasta donde sé) si robas -de donde sea- para poder comer o satisfacer necesidad primaria (incluye robar bebida y hacer necesidades en vía pública cuando representa peligo a la salud el no hacerlo), no es delito.

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...Por otro lado nos cae mal éste bufón: