¡Se sintió tan bien el empujón! Confieso que lo haría una y otra vez... y otra y otra vez.
Yo era un niño de 13 mugres años y el tipo cuarentón me amenazó:
(Aparece recuerdo...)
"Mira muchachito, es la última vez que te veo con mi hija, ¿Está bien? ¡¿Entendido?!"
(Yo sentía mucho miedo, con todo y eso, con todo y que estábamos sólos en la calle a las seis de la mañana y fácil pudo haber hecho de mí lo que con un trapeador, me armé de hombría y le contesté...)
"Tñá... Chinga tu madre".
Y me fui muy digno según yo, pero las manos me sudaban de nervios y a qué hora me alcanzaba el Don para partirme mi mandarina en pequeños gajos. No pasó nada.
(Regreso de recuerdo...)
En adelante, el tipo me hizo la vida de cuadritos hasta que mandó a su hija fuera del estado.
Pasaron los años, yo crecí y el envejeció. Pero sobre todo, él no aprendió.
Un día como muchos pasaba por su casa con los audífonos puestos, como es mi costumbre. El silencio entre dos canciones de Jarabe de Palo me permitió oír sus habladurías acerca de mí pensando que no le escuchaba. Grave error. Yo soy muy chido, en serio que gozo de la paz, pero como todos tengo un límite.
De nada me valió haber curado al hombre y llevarlo a su casa aquel día que lo encontré tirado de ebrio y sangrado entre las piedras y bajo la lluvia afuera de su casa, a pesar del recuerdo de su trato. De nada le valió traer desde aquel entonces la cara triste de saber que hizo algo malo con nosotros.
Le di un super-chingadazo en la mandíbula y cayó. Se quedó como sollozante y sobándose. Para eso me gustaba. Su mujer sólo veía. Después de todo el tiene 53 y yo 20, pero como dijo Platón, las canas no son símbolo de sabiduría.
Desde entonces mi ex-suegro agacha la cabeza cuando me ve y yo lo agandallo. Je je. Lo admito, es mi oscuro divertimento, pero vamos, todo el mundo tiene uno. Además
¡¿Quién le mandó?! ________________________
Y pasando a otro oscuro divertimento:
Y en vista de que nadie lo anuncia, pues voy yo. El legendario Chamuco y los Hijos del averno vuelven por única y especial ocasión con motivo de las elecciones de 2006. Rius, Trino, El Fisgón y compañía regresan con todo en ésta que se antoja la noche de los muertos; después, regresarán al averno. Treinta varos en su puesto de revistas.