¿De dónde vienen estos recuerdos? Abruptamente me pregunto. O más bien ¿De quién?
¿Vienen desde un niño senecto o viajan desde un hombre en párvulos?
Hay tantos recuerdos pues, que he borrado, que he vuelto simples reminiscencias. Tantos todos ellos que quisiera recordar con una sonrisa. Lástima de su destino en inframundo. Lástima de esas sonrisas con destino también bajo la tierra.
No te conozco, Yalith. No te conozco porque yo soy otro. Porque ya soy otro. Realmente creo que siempre fui otro. Entonces nunca te conocí. I-ró-ni-co para tantos años.
Sólo una certeza tuya me queda: Yaces en el hombre que emancipé. Aquella media naranja exprimida que me empeñé en voltear volviendo cóncavo lo convexo. Así de diferente soy.
No se tú. Pero he de recordarte que tú también siempre fuiste otra. –o de otros, cabría decir-.
Siempre un placer poder descansar de la sinceridad mutuamente. Siempre un martirio estar pegados a la máscara. Santiago me ha pedido disculpas apenas hace días, Francisco ha decidido ser un monje agustino. Has tenido largo alcance.
Nos separan grandes cosas, grandes casas, grandes años, momentos, centímetros de estatura, cabello y barba; nos separan grandes distancias de pensamiento y obra y no sé a ciencia cierta porqué.
No sé porqué te he de recordar precisamente hoy.
Hoy que llueve en la calle que antes contó con los pocos metros que separaban tu casa de la mía.
A lo mejor es que aún creo que cuando llueve aquí llueve allá.
…O tal vez es sólo que nunca pasé de segunda base.
Déjame que te pregunte, Yalith, ¿Cuando llueve aquí llueve allá?
Powered by
CastpostLástima que no pude poner una pieza más aluciva, digamos, Nietszche's eyes de Paula Cole, pero qué se le va a hacer. (suspiro).