Bueno, no tanto; es la segunda vez que lo tengo.
Es en una casa casi en ruinas donde vive un amigo -que no conozco- con su pequeño hermano de brazos.
De pronto llega esa mujer joven, delgada, guapa, lacia y blanca, pero algo nerviosa y el sueño se vuelve casi a blanco y negro.
Yo no sé quién es, pero en mi sueño de anoche pude acordarme que ya la había soñado antes, y pude hacerme a la idea entre el sueño mismo de buscar algún indicio de su identidad. (P.D.: La chica me gusta (o me gustaba (¿?) porque ya no recuerdo su rostro)).
Repito, en el sueño (como en la realidad) no sé quién es ella (ni nadie), llega nerviosa, se asoma por la ventana (fuera de la casa, donde de pronto también estoy yo) y me ve. No sabe que hacer pero me saluda, le doy un beso largo y suave (sin saber porqué) en la mejilla derecha, ella me acepta el beso como si tuviéramos algo que ver, y bajo su oreja encontré la señal que buscaba: un e-mail que hice por aprenderme. Sólo recuerdo que tenía una eme, una equis y era de Gmail, exclusivamente. Algo así como mexico@gmail.com. Estaba como tatuado, pero se movía en el borde de la oreja y el cuello, no tiene importancia.
Sospeché que ella tenía algo que ver con el porqué la casa estaba así de derrumbada, como sea se metió en ella y la seguí con los ojos. Cuando ya no la pude ver, me percaté de que le daba el sol a un portarretrato que tenía una foto maltratada y amarillenta de la misma chica y mi amigo desconocido el día de su boda, y ambos tenían de la mano a lo que imaginé que era su hijo pequeño de suéter a rayas rojas que jamás vi en el sueño.
De inmediato supuse que había entre ellos un historial de serios problemas conyugales y que yo estaba de más ahí.
Sin motivo y sin razón en ese momento ya no era yo, sino mi amigo desconocido adentro de la casa. La chica me hablaba, nada importante, cosas cotidianas. Yo le contestaba como si nada y de pronto me quedé haciendo algo que no recuerdo. Cuando volteé ella ya no estaba ni en la habitación, ni en la casa ni en la calle. Iba a buscarla, pero el niño comenzó a llorar y tuve que regresarme.
Desperté.
Algo así, casi idéntico era el primer sueño. Pero ahora tengo un esbozo de e-mail.
Que migajas de realidad me da el subconsciente.